viernes, 21 de enero de 2011

No es tan lejos

Vi que unas naves caían
y los ojos decían de un desgarro impalpable.
Vi las gotas más negras
en sudor perpetuas.
En dolor reflejas.

Que unas naves hundían las dilaciones
y fuera las tempestades en cielo abiertas.

Vi unos hombres sin su hombría
que al paso firme desprendían
una insulsa humanidad.

Vi la Tierra se partía.

Las regresiones perdidas lastimaban los impulsos
hacia una luz tardía
de un horizonte a lograr.

Y el niño miraba sin mirar…
en un verano opresivo latiendo al sol,
y la mínima expresión de su ser.
                                                                 

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